Un día,
hacía mucho frío en mi rancho, estábamos sentados alrededor del fuego y le
pregunté a mi abuelo: -¿Por qué siempre acusan a las mujeres de brujería y las
apedrean? Mi abuelo me miró firmemente y me dijo: -Hijo, que te quede claro: la
mujer es la bruja. Me quedé muy sorprendido, con ganas de saber lo que
significaba esa respuesta.
Percibiendo
mí insatisfacción, el abuelo empezó a explicarme por qué se dice que la mujer
es la bruja.
Me tocó en
la espalda y me dijo: -Hijo, estas creciendo, fíjate que la mujer es un
misterio: ella es manantial de vida, es como nuestra Madre Tierra. ¿Has visto a
un hombre embarazado?
Yo le
respondí que no.
-Hijo, tu
mamá te cargó durante nueve meses, y mi papá me contó que mi mamá me había
cargado durante diez meses. Imagínate. ¿Qué hombre puede hacer esto? Y no es
todo… la mujer tiene una fuerza atractiva inimaginable. ¿Qué barón resiste a su
mirada tan atractiva y penetrante? Contéstame hijo, ¿Cómo ves a las muchachas
de tu edad? Quisiera que fueras un muchacho bien listo, capaz de darse cuenta
de lo que pasa en la vida: Las muchachas nunca revelan sus sentimientos. Pueden
estar muy enamoradas de un muchacho, pero nadie se da cuenta. Tienen una fuerza
afectiva que estimula los sentimientos del muchacho hasta llevarlo a manifestar
su amor gritando: “te amo y sin ti mi vida no vale nada”
Puede
parecer una broma, pero cuando leí la novela
de Shakespeare Romeo y Julieta y vi cómo la belleza de Julieta envolvió
a Romeo hasta que ambos se decidieron a morir juntos para no separarse, entendí
todo lo que me estaba contando mi abuelo: “La mujer es una bruja”.
¿Se dan
cuenta de la capacidad que tiene la mujer de cambiar? A veces parece vieja,
fea, pasa por una tonta..., pero en poco tiempo la ves rejuvenecida, creativa y
sumamente atractiva. A pesar del machismo que existe casi en todas las
culturas, se reconoce la ternura, la complejidad de la sexualidad femenina y la
peculiaridad de su ser mujer.
La mujer es
capaz de amar y entregarse totalmente y al mismo tiempo odiar. Hay en ella algo
misterioso, indefinible, que no podemos ni explicar ni tampoco domar. Por ser
tan misteriosa, indefinible, fuente del amor y del odio, manantial de vida; por
ser compleja tanto en su sexualidad como en su ser, por todo eso podemos
concluir con la afirmación de mí abuelo “ la mujer es la bruja”.
* Estudiante
congolés, Español 3
CEPE-UNAM, México, D.F.
Escribe al autor: Bonane Chokola