Canadá es un país lleno de
inmigrantes de todas partes del mundo. Pienso que es una fuerza, pero también
un problema para nuestro país. Me gusta el aspecto cultural de la inmigración
porque se puede aprender mucho sobre las diferentes comidas, los modos de vida,
las tradiciones y también las religiones de cada país. Tenemos la ventaja de
poder compartir todas esas riquezas mundiales en un solo lugar, pero a veces
todas esas diferencias crean problemas sociales que llevan a hostilidades y
discriminación.
Aunque Canadá no tiene tanta
discriminación como en algunos países, hay algunas hostilidades entre grupos
étnicos diferentes. Es que algunas personas que viven en Canadá y que son de
países con gobiernos, valores y autoridades diferentes, no quieren asimilarse e
integrarse en nuestros modos de vivir, y eso, por supuesto, crea animosidad
entre los nativos y los inmigrantes.
Otro problema es que el número
de inmigrantes en Canadá es muy elevado y a veces algunos canadienses tienen
miedo de que toda esa gente tome sus empleos y sus beneficios. Hay también
mucha inmigración ilegal, lo que es una situación alarmante. No creo que
debamos parar la inmigración, porque es bueno para los países, pero pienso que
necesitamos controlar un poco más la cantidad de extranjeros que acogemos cada
año. Es un poquito triste ver que en algunos sitios de Canadá los nativos son
casi extranjeros en su propio país, como Vancouver por ejemplo, que tiene ahora
el apodo de “Honkcouver” porque la cantidad de asiáticos supera a la gente
original de esa provincia.
En conclusión, hay ventajas y
desventajas en la inmigración, pero pienso que todos, no importa el color de la
piel o la religión, podemos trabajar juntos y hacer de Canadá un país donde la
libertad predomine y donde las diferencias culturales creen la belleza de
nuestro país.
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* Estudiante
canadiense, Español 5
CEPE-Taxco, UNAM,
México
Escribe a la autora: Marilyn Groulx