Un
rey arrogante le dijo a un sabio: “¿Que se puede desear más que tener tanta
riqueza como yo?” El sabio se calló un
ratito, mientras el rey tomaba un vaso de agua fresca como la primavera.
Dijo
el sabio: “¿Que darías si se te impidiera beber esta agua? ¿Serías capaz de dar
una parte de tu fortuna a cambio?”
“Sí, por supuesto, daría una parte de mi
fortuna a cambio”, respondió el rey.
“¿Y
que darías si se te impidiera sacar esta agua de tu cuerpo, si se te impidiera
hacer pipí?”
Contestó
el rey: “Daría el resto de mi fortuna”.
Entonces
el sabio le dijo al rey: “¿Por qué se desearía tanto una fortuna que no vale ni
un vaso de agua ni pipi?
GENTE DURMIENDO
EN LA CALLE
Los pobres se quedan en la calle en países prósperos y ricos...
* Estudiante de Español 3
CEPE-UNAM,
México, D.F.
Escribe al autor: Mourad Omari