El país
latinoamericano más grande es Brasil. Con una población de más de 184, 101,109
de habitantes y con 8, 511,965 kilómetros cuadrados, el ‘China’ de América
Latina, en términos de tamaño y cotización de la potencia de su mercado, es una
enorme presencia en el escenario mundial. Aparte de los sectores de
agricultura, minería, fabricación, y servicios, Brasil es también famoso por
sus atracciones naturales; la más conocida es el río Amazonas. Sin embargo, un
recurso muy valioso también reconocido mundialmente es su música, y Brasil es
famoso por exportarla.
En un país
como Brasil, existe una gran variedad de artistas y estilos musicales;
sin embargo, hay diferencias entre Brasil y el resto de América Latina cuando
uno habla de música. Por ejemplo, la música caribeña y la música brasileña son
fusiones de estilos europeos con ritmos africanos, pero hay varias diferencias
entre los dos. Mientras, por ejemplo, la música salsa tiene un tempo rítmico que es la clave, y la
clave es sincronizada en dos reboldes,
la Bossa Nova es más staccato en forma. Las partes de las
canciones de Bossa Nova son cortas y separadas
del entero. Este efecto se realiza para simular pausas entre los tonos de la
canción. Además, los varios tipos de baile no son tan comunes en Brasil como en
la tradición caribeña. La música brasileña se presta más a influencias europeos
clásicas y por eso la Bossa Nova se
lleva muy bien con orquestas.
En la
tradición brasileña, uno de sus embajadores más importantes que introdujo al
mundo un ritmo y un sonido distinto y original, fue Antonio Carlos Jobim, el
rey de la Bossa Nova.
Antonio
Carlos Brasileiro de Almeida Jobim, “Tom”, apodo con el que finalmente sería
conocido, nació el 25 de enero en 1927 en Río de Janeiro. Sus padres
fueron Jorge Jobim y Nilza Brasileiro de Almeida Jobim. Su padre abandonó a la
familia cuando Jobim tenía 7 años de edad y murió al año siguiente. Pronto la
madre de Jobim se dio cuenta que su hijo era autodidacta y le compró
una guitarra para que aprendiera a tocar. Adicionalmente, la Sra. Jobim
contrató al Sr. Hans Joachim Koellreuter, un compositor alemán que escapó de
Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Una de las tácticas
que Koellreuter le enseñó a Jobim fue el concepto de atonalidad, que
Jobim usó para componer sus canciones. Además, Koellreuter introdujo a Jobim en
la música de maestros compositores como Debussy, Chopin, Ravel, Stravinsky,
Rachmaninoff y Villa-Lobos, los cuales también formaron la base de sus
canciones.
Cuando
Jobim tenía 20 años de edad, la atracción de interpretar música era demasiado
fuerte y él no podía escapar a su destino. Con el paso del tiempo, Jobim
se fue ganando la vida tocando el piano en cantinas, bares e interpretando
canciones en estudios de grabación. Jobim grabó su primer disco en 1954
con el cantante Bill Farr como el líder. El grupo se llamaba “Tom y su Banda”.
En 1958, el cantante y guitarrista Joao Gilberto, quien en ese tiempo era
desconocido, grabó unas de las canciones de Jobim y con eso lanzó el fenómeno
conocido como la Bossa Nova. Pero la
fama le llego a Jobim cuando él y el poeta Vinicius de Moraes
colaboraron en la banda sonora de la película Orfeo Negro en 1956, la
cual estaba basada en una obra de teatro brasileña llamada Orfeo do
Carnaval. La película es una interpretación del mito griego de Orfeo y Eurídice
contra la locura de del carnaval del Río. La película ganó la “Palma de Oro” en
el festival de Cannes, Francia en 1959 y en 1960 el premio
Academy.
Usando un
estilo gangoso para cantar, Gilberto eligió la historia de Brasil para
expresar el sentido de una nostalgia melancólica, que era el alma de la Bossa Nova. En cuanto a la temática de
la Bossa Nova, es la nostalgia por
Portugal y una nueva expresión de la identidad brasileña. Precisamente éste es
el misterio de la Bossa Nova: la música
es suave mientras que las letras son sentimentales. A pesar de la ironía de lo
que significaba la Bossa Nova, Brasil
pensó que era igual en Estados Unidos. Era un tiempo en que muchas
naciones, incluyendo los países latinoamericanos, estaban formando sus propias
ideas acerca del futuro de sus identidades. Este modo de pensar llegó cuando
Estados Unidos instituyó un programa de intercambio entre los dos países para
promover mejores relaciones culturales y más conocimiento.
El gran
paso adelante ocurrió en 1962 cuando un saxofonista, Stan Getz (junto con
Charlie Byrd) grabó la canción Desafinado. En 1963, una colaboración
entre Getz, Byrd, Gilberto y Jobim resultó en Getz/Gilberto. La esposa
de Gilberto, Astrud Gilberto fue invitada a cantar la parte de la canción la Garota
de Ipanema, o La Mujer de Ipanema,
en inglés para el disco. Después de las quejas de Gilberto sobre
la voz de su esposa, Getz llevó a cabo su idea y Astrud grabó la parte de
inglés. Los críticos se enamoraron de la versión bilingüe y poco después
la canción ganó un Grammy. Con
ese trabajo un año después Jobim y muchos otros artistas fueron invitados a
Estados Unidos para participar en producciones en el Carnegie Hall. Las
canciones de Jobim impulsaron el movimiento, que después fue global. Con sus
melodías, sus armonías seductivas, la Bossa
Nova viajó muy bien fuera de Brasil. En Estados Unidos, la Bossa Nova fue muy bien recibida como
una alternativa de jazz estilo bebop.
En Nueva York, por ejemplo, personas como Thelonius Monk dijo que la Bossa Nova les regaló a los
intelectuales del jazz lo que les hacía falta: ritmo, giro y cordialidad
con el sabor latino.
En la década de los sesenta,
Jobim viajó a Estados Unidos, donde la Bossa
Nova tuvo una gran aceptación. Allí grabó otros discos como Wave, Tide, y
Stone Flower, algunos de sus mejores obras musicales. Una obra que Jobim
hizo con Elis Regina fue Aguas de Março. La canción es una especie de
lista acerca de lo que es bello en el mundo natural. Aunque con la
colaboración de los dos parecía que la Bossa
Nova iba a conquistar el mundo otra vez, lamentablemente no fue así.
Desafortunadamente, el regreso de Jobim fue por poco tiempo. Jobim murió de
repente en 1994 de un ataque al corazón en Nueva York y con eso la Bossa Nova nunca recuperó la posición
que tenía antes. La influencia que Jobim tuvo fue enorme. Hoy día, artistas
brasileños como Vinicius Cantuaria y Celso Fonseca están reviviendo el género,
y también hay artistas como George Michael, quien dedicó su disco Older
a Jobim por su influencia musical. Sobre todo, para alguien que quiera oír
un estilo de música original, suave y pensativa, la Bossa Nova de Antonio Carlos Jobim es una de los mejores en el
mundo.
* Estudiante
estadounidense, Español 8
EPESA-UNAM,
San Antonio, Texas, EUA
Fotografía: Bernardo Fuchs