Cronología
Cronológicamente se puede
dividir la historia de Mesoamérica en tres grandes periodos, de acuerdo
con las formas de gobierno que
prevalecieron en dichas épocas a las cuales se les ha denominado como
Preclásico, Clásico y Posclásico. A
esta periodización general los arqueólogos han añadido nuevas divisiones
sumamente especializadas, partiendo básicamente del estudio de la cerámica y de
otros restos materiales, por lo que la cronología de Mesoamérica es cada vez
más compleja. Debido a su importancia, a las tres divisiones ya señaladas solamente agregaríamos dos
subdivisiones fundamentales: el Periodo Arcaico o formativo, el cual
presidiría a todos los anteriores, y el
Periodo Epiclásico, época de transición entre el Clásico y el Posclásico.
Periodo Arcaico o Formativo:
(7000 a.C – 2500 d.C.) Al igual que
en todas las zonas de alta cultura localizadas en diversas partes del mundo, en
Mesoamérica hubo un largo periodo prehistórico que precedió el surgimiento de
la civilización mesoamericana, dicho periodo se caracterizó por ser una época
de grandes descubrimientos, de los cuales la agricultura fue el más
significativo. En efecto, con el surgimiento de la agricultura hacia el año
3000 a.C., el hombre empezó a cultivar amaranto, chile, calabaza, así como
frijol y maíz, lo cual permitió la sedentarización de toda el área no obstante,
debemos recordar que este proceso fue paulatino, ya que la agricultura sólo se
practicaba de manera incipiente en determinadas épocas del año, las cuales se
alternaban con otras de carácter nómada.
Por lo
anterior, puede decirse que en el Periodo Formativo la agricultura no era la
base de subsistencia de la población, sino tan sólo un complemento de la caza y
la recolección. Estrechamente vinculado
con lo anterior, en esta época empieza a haber un cierto grado de especialización
en diversas actividades como la cestería, los tejidos y principalmente la
alfarería. Tambien de esta época datan
las primeras domesticaciones de animales como perros, patos y guajolotes.
En este
periodo los asentamientos humanos son todavía muy pequeños y las sociedades son
igualitarias.
Periodo Preclásico (2500 a.C.
– 200 d.C.) En esta época se consolida la sedentarización de toda el
área, se perfeccionan las técnicas agrícolas, al igual que la elaboración de la
cerámica; hay un aumento considerable de la población y se reafirma la división
social del trabajo, lo cual es motivado por el surgimiento de sociedades
jerarquizadas política y económicamente más complejas. Aparecen las primeras ciudades; se inicia el
comercio a gran escala a todo lo largo y ancho del territorio, con el
consiguiente intercambio de productos y elementos culturales entre los diversos
pueblos del área.
En este
periodo surge la cultura más antigua del área: los olmecas, quienes habitaron
la zona del Golfo de México entre los actuales estados de Veracruz y Tabasco,
sus principales ciudades fueron San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, aunque
ejercieron su influencia hacia otras regiones como Guerrero, Oaxaca y
Chiapas. De esta misma época, datan los primeros asentamientos de importancia
en el Altiplano Central, tales como Tlatilco, Zacatenco y Cuicuilco.
Periodo Clásico (200 d.C. –
650 / 900 d.C.) En este periodo
existe ya una clara diferenciación entre el campo, en donde se producen la
mayoría de los bienes de subsistencia, y la ciudad, en donde se concentran las
actividades artesanales y administrativas (políticas y religiosas). Por
consiguiente, en esta época, las sociedades se dividen jerárquicamente en
sectores bien delimitados debido al alto grado de especialización que alcanzan
las diversas actividades productivas y al establecimiento de gobiernos
teocráticos que ejercen un poder ideológico y político de manera absoluta entre
toda la población.
En este
periodo continúa el aumento de población y se perfeccionan las técnicas de
agricultura intensiva para alimentar a las grandes ciudades que continúan su
desarrollo y expansión hacia otras zonas de influencia; estas zonas llegan a
tener grandes extensiones de territorio, como es el caso de Teotihuacan cuya
presencia cultural llega a regiones tan lejanas como Kaminalhuyu en Guatemala o
el norte del territorio actual de los Estados Unidos (se ha descubierto
cerámica teotihuacana en la región de los Grandes Lagos).
En el Clásico,
el comercio se extiende por todo el territorio mesoamericano a través de
complejas redes de caminos y rutas comerciales, lo cual influye profundamente
en la cultura, la economía y la política de toda la región, ya que surgen
grandes ciudades como Teotihuacan, Monte Albán y Palenque, que ejercen un control
político en sus regiones.
En esta época,
hay un gran desarrollo en todas las áreas del conocimiento (desarrollo de
sistemas calendáricos, escritura y astronomía), se construyen grandes ciudades
con centros ceremoniales monumentales, entre los que destacan Teotihuacan,
Monte Albán, Copán, Tikal y Palenque, ciudades que se colapsan a fines del
periodo. En el Clásico, se forman las
grandes tradiciones regionales.
Periodo Epiclásico (650 d.C. – 900 d.C.) Este
nombre corresponde a los últimos siglos del Clásico, y cada vez es más
recurrente su utilización debido a que las investigaciones sobre el periodo
revelan que durante esta época hubo una serie de circunstancias históricas que
propiciaron el surgimiento de nuevas sociedades bien diferenciadas de sus
antecesoras. Este periodo se caracterizó por la aparición de grandes ciudades, producto de la decadencia y
colapso de las grandes metrópolis del Clásico, cuando las redes de comercio se
fragmentan y se establece una notable competencia por la hegemonía de grandes
territorios, así las nuevas ciudades se establecerán en sitios estratégicos que
permitieran su defensa militar en caso de ataques enemigos. La elección de
dichos lugares estará también vinculada con el control de las nuevas rutas
comerciales.
Las sociedades surgidas en esta
época son más pluriétnicas y más integradas culturalmente. Las principales ciudades de este periodo son
Cacaxtla, El Tajín y Xochicalco.
Periodo Posclásico (900 d.C.
1521) En este periodo predominan
los gobiernos militaristas, hay estabilidad política, que tiene como
consecuencia el surgimiento y caída de importantes estados cuyo fundamento se
encuentra en las guerras de conquista.
Se imponen grandes tributos a los pueblos vencidos. Derivado de la nueva
realidad política, la religión se torna también más agresiva, con el aumento de
sacrificios humanos y una mitología acorde con las nuevas formas de control
político. En las artes se desarrolla
más la arquitectura de tipo civil.
En este
periodo la frontera norte de Mesoamérica se contrae hacia el sur, por lo que la
presencia de grupos chichimecas procedentes del norte de los territorio
actuales de México y del sur de los Estados Unidos, es cada vez más fuerte en
el área, ya que esos grupos de recolectores y cazadores penetran en la región.
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* Encargada del archivo fotográfico y profesor de Arte
respectivamente
CEPE-UNAM,
México, D.F.