El fin de semana pasado mis amigos y yo fuimos a Acapulco. Había
treinta y seis estudiantes que fueron, más o menos, pero todos salieron en
grupos diferentes. Hubo un grupo que salió el jueves en la noche, hubo otro
grupo que salió el viernes a las 7:10 de la mañana, y unos grupos más salieron
durante el día. Por eso fue un poco difícil encontrar a todos nuestros amigos
cuando llegamos, pero al final todos llegamos sin dificultades.
Yo fui con el grupo de las 7:10 el viernes. Estaba muy oscuro todavía
cuando salimos, porque el sol todavía no había salido y por eso todos los
estudiantes durmieron en el autobús. El viaje, en mi opinión, fue muy
peligroso, pero hermoso también. Las calles en las montañas tienen muchas
curvas y son muy delgadas pero no le importaron a nuestro camionero. Él condujo
demasiado rápido y unas veces yo creí que íbamos a caer. En todo caso, después
de treinta o cuarenta minutos todo estuvo bien. Además, la vista en las
montañas fue increíble. Miré la salida del sol; las nubes estaban luminosas y
pude ver todos los colores de las plantas y las piedras. Todo estuvo verde,
azul, rosa y blanco. Desgraciadamente tenía mucho sueño y después de unos
minutos estaba dormido.
Nos
quedamos en el Hotel Avalón Excálibur. Está en la playa, tiene un gran bar y
restaurante, dos piscinas y mucha gente amable y cariñosa. Después de llegar y
registrarnos en el hotel, inmediatamente fuimos a la playa . ¡Nunca había visto
algo tan bonito! El mar era un azul brillante, la arena en la playa era blanca
y lisa, había palomas en todas partes y el agua era perfectamente tibia. El sol
estuvo muy fuerte mientras estuvimos allí y desafortunadamente para mí, entre el sol, la arena y las olas, mi loción de sol no pudo
protegerme de las quemaduras. ¿Qué puedo decir? ¡Soy un gringo blanco!
Pero
de todo, lo más bonito fueron las puestas del sol y la playa durante la noche.
Durante las tardes, el cielo tiene una variedad de colores. No son muy fuertes
o brillantes (como en las películas); son más mudos y suaves, casi como los
portales. El cambio empieza con azules y blancos, luego se transforman a
amarillos y anaranjados mudos, después se hacen rosas y violetas y por fin
negros y azules oscuros. La primera noche había nubes en el cielo y entonces la
vista no era perfecta totalmente, pero la segunda noche las estrellas vinieron
para jugar y no lo podía creer. Era la unión perfecta entre el mar, la tierra y
los cielos. Nunca había experimentado algo tan hermoso y tranquilo. La luz de
las estrellas complementó las luces de la ciudad, que podíamos ver cada noche
desde el hotel. El sonido de las olas se precipitaba a la orilla, era todo lo que podía oír. El olor del sol, del mar
no era muy fuerte o malo; solamente daba un matiz exótico a la noche.
Uno
de mis amigos y yo pasamos las noches en la playa, la segunda noche tratamos de
entrar a una discoteca que se llama Palladium, pero tienen reglas muy estrictas
para la ropa y por eso no pudimos entrar. No me importó, realmente, porque
prefería la playa. Nos sentamos en la arena fresca, con el viento soplando
dulce y tranquilo, el sonido del mar nos relajó y hablamos. Especialmente hablé
con Laurent, ¡Él es muy inteligente! Tiene esperanzas de viajar con su novia y
le gusta aprender sobre las culturas, la historia y los países, especialmente
Estados Unidos. ¡Él sabe más sobre Estados Unidos que yo! Hablamos sobre los
políticos, la situación entre Estados Unidos e Irak, la economía, el
imperialismo de la cultura y las causas de muchos problemas en el mundo hoy. Lo
más importante que descubrí sobre su persona es que tiene mucha paciencia; siempre escucha las opiniones de otros y
después discute con ellos. Es muy simpático y amable y tiene un buen sentido
del humor también. Estoy contento de poder conocerlo mejor durante nuestro
viaje.
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* Estudiante
estadunidense del tercer nivel de Español
CEPE-Taxco, México
actuarion@latinmail.com