La belleza
Maialovesky *
En este mundo hay varios conceptos que llenan la mente del ser humano; a veces, tiene tantos que le impiden reflexionar. Entre estos conceptos, se pueden mencionar: el Poder, el Dinero, etcétera. Desgraciadamente, hoy la belleza se encuentra entre estos conceptos en la mente humana. Según el diccionario Larousse: "la belleza debería ser la cualidad de los seres vivos y los objetos que deleite intelectual, espiritual o los sentidos". Sin embargo, el ser humano de esta época está buscando la apariencia física por la belleza. En ocasiones, eso da como resultado la huida de la identidad. Por eso, este tema necesita preguntas. Como seres humanos, ¿cómo debería ser entendido este concepto por nuestra mente? ¿Dónde se sitúan los aspectos espirituales de la belleza que Dios nos da?
Algunas personas pueden preguntarse por qué escojo un tema tan abierto, tan relativo, el hecho de que lo que para algunos, una cosa o una persona puede parecer bella, puede ser aburrida para otros. Sin embargo, tenemos que ver las cosas con ojos filosóficos, con el aspecto profundo que se necesita. Entonces veremos que la belleza tiene un sentido universal. Todo lo bello hace feliz, no solamente a los ojos, sino al corazón también. Varias personas buscan la belleza, sobre todo en países como España, donde hay personas que sufren de obesidad como México, y donde hay morenos también. Por eso, proceden a la cirugía estética plástica, que tiene que ver más con la ciencia. La rinoplastia, la abdominoplastia, el levantamiento de senos, de cejas y la cirugía reparadora, son algunos procesos que yo llamo: búsqueda de belleza ficticia.
La gran mayoría de los interesados siguen siendo mujeres. Por ejemplo, en Egipto, el 100% de las pacientes son femeninas. Sin embargo, en otros países, hay cada vez más hombres que encaran el bisturí por motivos estéticos. "Para los hombres, el porcentaje es siempre menor, pero cada vez está ocupando más espacios. [�] hablamos de un 25% de hombres que consultan por cirugía facial" afirmó el Dr. Carlos Juri, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, y director del centro médico de cirugía plástica que lleva su nombre. Argentina es uno de los países en los que el número de cirugías ha aumentado en los últimos años. Según cifras que obtuve de la página medicina.com, el 11% de los españoles se ha realizado operaciones estéticas. Más del 40% de las intervenciones se hacen en jóvenes de entre 18 y 21 años, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
Entonces, ¿por qué no consideramos las razones que impulsan a estas personas a buscar la belleza? Eso tiene un sentido religioso: cambiar algo de nuestra complexión es como decirle a Dios que no estamos satisfechos con su obra, de la manera en que Dios nos creó. Pero la más importante de las causas es un problema psicológico: la ausencia del aprecio de sí mismo. Estas personas no se sienten bien con su cuerpo. Quisieran tener el pelo largo, el pelo corto, la nariz elevada, etcétera.
Acabamos de mencionar la cirugía como medio que se utiliza en esta búsqueda. Además, esta gente utiliza también productos como cremas, maquillajes, etcétera. Vimos los motivos y las maneras de proceder de estas personas. A continuación vamos a analizar cuáles son los resultados de esta búsqueda. Más a menudo, las cirugías estéticas pueden encantarnos, a ver la quasi perfección que lleva este proceso. Cuando alguien se cambia por medio de cirugía estética, cambia su tamaño, su cara, su exterior, pero siempre queda la misma persona con sus defectos y, a veces, con su conciencia sucia. ¿Podemos decir que esta persona es bella? La respuesta es no, porque le falta la parte espiritual. Llegamos a un estado donde la persona no se reconoce, se pierde en esta nueva complexión. Es la huida de su identidad.
En resumen, La belleza no se busca. Dios nos ha creado bellos. Seamos bellos mientras parezcamos feos en lugar de parecer bellos mientras somos feos. Tendremos unos valores conocidos por el mundo. Invitaremos a otros a disfrutar la vida con esperanza.
*Estudiante haitiano de Español Básico 4
CEPE-Taxco, UNAM, México