Flores de Nieve, Revista de estudiantes y profesores de español
Flores de nieve Escudo UNAM
Revista electrónica editada por estudiantes y profesores de español y áreas de cultura de:

Historia

Hacia la Independencia II.
El levantamiento de Rafael Riego y su repercusión en la Nueva España 1820.

por Gustavo Peña H.*

I. El Regreso de Fernando VII a España.

Regreso de Fernando VII a España.

1812 es el año de inicio del declive de la presencia francesa en España: Napoleón Bonaparte, tuvo que sacar un buen número de tropas del territorio ibérico para enfrentar un contraataque ruso y la sublevación de varios principados alemanes. Arthur Wellesley, Duque de Wellington (1769-1852) asumió el mando de las fuerzas aliadas en la Península Ibérica; sus tropas, conformadas por soldados británicos, portugueses y en menor número españoles, lograron derrotar a José I en la batalla de Arapiles, en la cual los aliados pudieron acorralar a las fuerzas galas, que se batieron en retirada.

Dos años de guerra y de guerrillas dejaron a España dividida en dos sectores, una España absolutista, partidaria del retorno del rey "deseado", Fernando VII, y otra liberal, defensora de las libertades reflejadas en la Constitución de Cádiz.

La Nueva España era victima de las fuerzas realistas encabezadas por el Virrey Venegas, quien se opuso a poner en práctica la Constitución de Cádiz de 1812, pues dicha carta lo relegaba a ser sólo jefe político de la provincia de México. Para demostrar su poder, ordenó la suspensión de la libertad de prensa, anuló las elecciones municipales de 1812 y encarceló a presuntos colaboradores de la insurgencia que continuaba en el sur del país. No obstante, en otras provincias sí se acató la Carta Magna. El 4 de mayo de 1813 Venegas fue sustituido por el General Francisco Javier Venegas.

El nuevo virrey reemprendió las elecciones municipales en 1813, en las cuales fueron electos nuevos diputados para la siguiente legislatura de las Cortes, que se vieron afectadas por la insurgencia de Morelos y por el decreto del 4 de Mayo de 1814 del Rey de España, el cual clausuraba el régimen constitucionalista.

Liberado Fernando VII de su cautiverio de Valençay, preparó su retorno, y el 22 de marzo de 1814 entró a España con la espada desenvainada. Su primera intención fue la de lograr adhesiones entre los nobles y los sectores adinerados para preparar un golpe de Estado absolutista; posteriormente hizo publicar un decreto preparado por 69 diputados de las Cortes, el "Manifiesto de los Persas", por el cual se denunciaba a las Cortes y naturalmente derogaba la Constitución de Cádiz de 1812.

En pocas semanas Fernando VII restauró el absolutismo así como el Consejo de Castilla; el Consejo de Cámara; el Consejo de Indias; el Consejo de la Inquisición; y otras instituciones claves de su administración. Sin embargo, la situación económica era difícil: con la crisis de la Real Hacienda, España tendría que negociar una deuda estimada en 1814 en 11, 568 millones de reales.

Los procesos de independencia en los territorios americanos supusieron para la metrópoli perder una fuente de ingresos vitales. Ya no dispondría la corona de préstamos ni contribuciones para reparar el crédito de la real hacienda. De consolidarse la libertad de los reinos de ultramar, ya no se dispondría de los cargamentos de plata que llegaban desde la Nueva España o del Perú. Ante ello, los gobiernos de Fernando VII trataron de impulsar diversas reformas fiscales, pero fracasaron, en vista de lo cual intentaron lograr el apoyo de otras potencias europeas para diseñar una estrategia de "reconquista" de los reinos en América.

II. El Levantamiento de Riego.

Las medidas fiscales provocaron un gran malestar social, pues cayeron en el tercer estado es decir, en el pueblo. Los problemas financieros demoraron la concentración y el envío de tropas que se encontraban en el Puerto de Cádiz hacia América; los oficiales encargados de esta operación eran, en un gran porcentaje, de tendencias liberales y, afectados por el absolutismo, hicieron estallar un levantamiento encabezado por el coronel Rafael Riego, quien proclamó la restauración de la Constitución de Cádiz de 1812 en Cabezas de San Juan.

"Las órdenes de un rey ingrato que asfixiaba a su pueblo con onerosos impuestos, intentaba además llevar los miles de jóvenes a una guerra estéril sumiendo en la miseria y el luto a sus familias. Ante esta situación, he resuelto negar obediencia a esa inicua orden, y declarar la Constitución de Cádiz de 1812 como válida para salvar la patria y para apaciguar a nuestros hermanos de América, y hacer felices a nuestros compatriotas. ¡Viva la Constitución!" Riego.

Después de tres meses de lucha, Riego logró la adhesión de otros regimientos, así como el apoyo de las autoridades de ciudades liberales; como la Coruña, Zaragoza, Barcelona, Valencia Cádiz y otras. Dichas urbes constituyeron juntas soberanas que votaron por el restablecimiento de la Constitución de Cádiz de 1812. El movimiento logró que Fernando VII jurara otra vez la constitución y que derogara el absolutismo. En Madrid, la vida política volvió a un periodo de libertad; se abolió la inquisición, se liberó a los presos políticos, la libertad de prensa, se permitió el regreso de los exiliados, la reposición de los ayuntamientos constitucionales, entre otras medidas.

Se volvieron a instalar las Cortes, que volvieron a sesionar el 9 de julio de 1820. La participación de los diputados novohispanos en la Primera Sesión Legislativa fue notoria. Sin embargo, no pudieron presentar todas sus proposiciones debido a los eventos políticos y militares en la Nueva España, pues llegaron noticias del Tratado de Córdoba, que afirmaba ya una independencia y, por lo tanto, todas las reformas autonomistas presentadas en las Cortes por la Nueva España fueron rechazadas.

En la Nueva España, el Restablecimiento Constitucional de 1812, no fue bien visto; para los españoles, se convirtió en un factor de división y conflictos, lo que explica la posterior formación de los grupos iturbidistas, quienes pronto se unieron a los criollos al ver peligrar sus intereses. Para la Iglesia, la Constitución suponía una amenaza a sus privilegios y a sus fueros, así que el Virrey Venegas intentó retardar y evitar el juramento a la Constitución.

Durante el mes de mayo de 1820, en la Iglesia de Profesa se reunieron grupos de inconformes con la Constitución que decidieron impedir su aplicación en la Nueva España. Los conspiradores españoles pretendieron ofrecer asilo a Fernando VII en México y protegerlo contra las acciones de los constitucionales, asegurándole un trono en un reino en el cual la Constitución no sería puesta en práctica.

Hubo varios proyectos que intentaron salvar el absolutismo, ya no tanto en la Península, sino principalmente en la Nueva España. Para ello, los peninsulares recurrieron a una figura militar que les apoyara en su intento, y decidieron llamar al Coronel Agustín de Iturbide. Sin embargo, a los pocos días el Virrey tuvo que jurar la Constitución y las conjuras quedaron en el olvido.

III.- Los cien mil hijos de San Luis.

Fernando VII recurrió nuevamente a las potencias absolutistas europeas para acabar con el liberalismo español: reunidos en el Congreso de Verona en octubre de 1822, los soberanos de la Santa Alianza (Prusia, Austria y Rusia) confiaron a Francia la tarea de sofocar el movimiento revolucionario en España. Encabezados por el Duque de Angulema, el ejército francés conocido como "los cien mil hijos de San Luis" atravesó la frontera española en 1823

Rafael Riego, como general en jefe del Tercer Real Ejército de Operaciones (Andalucía), enfrentó a los "Hijos de San Luis", pero fue derrotado en Jaén. La traición de sus compañeros llegó pronto: el General Ballestero reconoció a la Regencia impuesta por el Rey y con ello el poder de Riego se desmoronó. Al intentar huir junto a algunos oficiales, fueron todos delatados en el camino, acorralados por las autoridades civiles y religiosas del Ayuntamiento de Arquillos y tomados prisioneros.

Trasladado a Madrid y juzgado por haber votado en las Cortes la deposición temporal de Fernando VII, Riego fue condenado a muerte como reo de alta traición y lesa majestad y ejecutado en la plaza de la Cebada de Madrid el 7 de noviembre de 1823, entre los insultos y el escarnio de la multitud que antes le había aclamado.

El levantamiento de Rafael Riego representó una coyuntura vital en los eventos políticos y militares de la América española; representó un lapso para la consolidación de los movimientos independentistas y retardó los intentos de "reconquista", dando oportunidad de declarar la separación de los principales reinos americanos del imperio español, el cual sólo conservaría Cuba, Puerto Rico y Filipinas. España se vería marginada en la expansión colonial europea sobre los territorios africanos y asiáticos. Se había convertido en una potencia de tercera división.

Rafael Riego, representó la tenacidad del pueblo español por conservar sus libertades. Fue necesaria la presencia de las fuerzas absolutistas para detener a la España liberal, que continuaría luchando por integrarse al consenso de los países del siglo XX.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

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"Dossier 1808": 200 años de la guerra de independencia.

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Gran Historia de México Ilustrada. Tomo III.

CONACULTA.INAH. Planeta Deagostini. México, 2006. Séptima reimpresión.

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