Lalli y Henrik, el Obispo
Antti Aku Luoma Johannes
Lalli y el obispo es una anécdota muy conocida en Finlandia que tiene
su origen en el siglo XII. En esa época Finlandia era un municipalidad de
Suecia y durante 1154 o 1555 fue la primera cruzada a Finlandia por orden del
rey de Suecia Erico el Santo. Su amigo, un obispo inglés, Henrik recibió la responsabilidad
de establecer el sistema cristiano en Finlandia.(...) |
“Luchas” contra mi padre
Hugo Hu Peixi
Cuando era niño, mi padre era muy estricto conmigo y no me
permitía ver la televisión después de que regresaba a casa de la escuela entre
semana. Pero algunas veces, aprovechando que mis padres salían de casa para dar
un paseo, veía la tele a escondidas. Y entonces empezaban las “luchas” entre mi
padre y yo.(...)
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Las
consecuencias de la separación de los padres...
Joanne Durocher
Duró meses. No paraban los gritos ni los
llantos. Nadie se preocupaba por mí. Era como si no existiera. Casi nunca había
comida o agua fresca en mis platos. Mi pelo siempre estaba enmarañado. Perdí
mucho peso. Se me veía muy fea... ¡Qué molestia! |
Soledad
Laurel Goodrich
Yo vivo solo y siempre
he vivido solo. Es más: siempre viviré solo. Vivo como un solitario y me
encuentro muy cómodo así. No me gusta nada la gente. En absoluto. Huyo cuán
lejos puedo cada vez que veo a los demás acercándose a mí, sigilosa y
furtivamente como si fueran fantasmas.(...)
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Bautismo de sangre
Marc Chénier
Con cada palabrota que
me lanzan, un golpe atroz se estrella en mi cara. Me arrojan como una pelota, de un lado al
otro, en un triángulo de tortura interminable.
No puedo hacer nada para que el sufrimiento se acabe. Mi cara se siente como si estuviera encendida
en fuego y cada golpe es una nueva llama de dolor. |
Experiencias sobre temblores en la
ciudad de México
Roosmarijn Kruysmulder
Durante el segundo temblor, estaba en una plaza, en una
banca. ¡Este fue el primer temblor de mi vida! Porque había un señor un poquito
raro a mi lado, me senté en la esquina de la banca e ignoré al señor. Así que
pensé que era el señor, moviendo la banca. Pero de repente él gritó:
"¡temblor!, ¡temblor!". (...)
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