Brasilia, la moderna capital de Brasil ¿para quién?
Ana Luiza Moraes Patrão*
Imagen tomada de: http://es.wikipedia.org/wiki/Brasilia#mediaviewer/ File:Montagem_Bras%C3%ADlia.jpg |
Generalmente, cuando pedimos a alguien que hable algo sobre un país extranjero, muy probablemente, si no es un experto en el tema, va a reproducir algunos estereotipos sobre esta cultura nacional. En el caso de Brasil, por ejemplo, de pronto, mucha gente piensa en los contrastes, que es un país de mucha fiesta, pero al mismo tiempo extremadamente violento. En parte, sí, es verdad, pero muchas veces estos temas son tratados de forma simplista y sensacionalista. Ya en relación a las ciudades más conocidas de este país, Río de Janeiro y São Paulo son referencias absolutas y, al final, toda la diversidad del país es reducida a estas dos localidades. Sin duda, eso es comprensible, ya que Río de Janeiro tiene increíbles bellezas naturales, un famoso carnaval y ya ha sido la antigua capital federal, mientras São Paulo es una megalópolis con una economía muy activa. Es curioso percibir que la capital de este país no es muy recordada cuando se habla de las ciudades brasileñas.
Seguro que esa no es una característica solamente de Brasil. La mayoría de las personas todavía creen que la capital de Australia es Sidney y para algunos la de los Estados Unidos es Nueva York. En el caso de Brasil, su capital no es Río de Janeiro pero sí Brasilia. Brasilia es una ciudad muy joven, de apenas 54 años. Hay toda una polémica alrededor de su construcción. Jucelino Kubichek, el presidente electo, creía fundamental poblar el interior de este país continental. Hasta 1960, la mayoría de la población brasileña vivía en la costa. Ocupar y desarrollar el país fueron las principales banderas defendidas por Kubicheck. Por su actitud, el presidente enfrentó una gran oposición. Los políticos, los empresarios y la propia población de Río de Janeiro, capital de la nación en esa época, no querían el traslado de la capital hacia el centro oeste del país. Estaban seguros de que con esto perderían para siempre el poder que fue conquistado y ampliado con la venida de la familia real portuguesa en 1822. Pero en ese momento, JK, como cariñosamente era llamado, tenía más fuerza en el Congreso Nacional y pudo alterar la Constitución Federal, convirtiendo a Brasilia en la más nueva capital de Brasil.
Brasilia fue, por eso, construida en menos de cuatro años. Para eso, muchos trabajadores del nordeste del país migraron a Brasilia para trabajar en la construcción civil. Históricamente, la región nordeste es considerada la región más pobre del país. Por eso, esos trabajadores que ahí llegaron, veían la construcción de Brasilia como una posibilidad de cambiar de vida. Fueron años muy duros, de mucho trabajo, de muchas muertes, ya que los derechos laborales no eran respetados en este momento histórico del país. Por otra parte, los obreros eran explotados al extremo para que el plan de inauguración se cumpliera. Es cierto que los trabajadores intentaron luchar por mejores condiciones laborales. Pero, siempre que eso pasaba, los policías los masacraban.
Otro aspecto curioso de esta épica construcción es que fue planeada por urbanistas y arquitectos partidarios de una ideología comunista. Influenciados por el reputado arquitecto francés, Le Corbusier, Brasilia fue pensada para ser una ciudad moderna, de arquitectura única y para no tener muchas distinciones de clase. Sus edificios de viviendas fueran elaborados con un mismo diseño para que no hubiera personas viviendo en casas lujosas, mientras otras en situaciones precarias. Sin embargo, lo curioso y trágico es que en un país con tantas desigualdades sociales se tornó imposible concretar la utopía comunista de manera tan artificial. Al final, por ironía y de forma trágica, lo que pasó es que la mayoría de los trabajadores populares que vinieron a construir Brasilia fueron expulsados del centro de la ciudad. Viven, hasta hoy, en la periferia de la capital federal, por lo que es considerada la más segregada espacialmente del país.
Muchos dicen que Brasilia es una ciudad moderna y hermosa y en realidad lo es, pero si echamos una mirada a la historia de su construcción y desarrollo podemos preguntarnos ¿moderna para quién? ya que a una parte significativa y fundamental de la población le fue impedido vivir ahí.
* Estudiante brasileña de Taller de Redacción 3
CEPE-UNAM, CU, México, D.F