Joanna Blanchard*

Voluntariado en Senegal
Foto: Joanna Blanchard

Fue hace cinco años cuando acababa de terminar un trabajo en Francia y pensaba en qué iba a hacer después. Recordaba mis deseos de adolescente cuando estaba en la escuela y "bam"..., de repente, la respuesta a mis preguntas vino: ayudar a alguien.

Decidí viajar a Senegal, durante dos meses estuve preparando mi salida para el 2 de junio. Mi vuelo llegó al aeropuerto de Dakar, la capital de Senegal. Cuando llegué al aeropuerto, tenía un poco de miedo, pero yo quería realmente vivir esta experiencia que duró dos meses.

Durante este viaje tuve tres momentos inolvidables. El primero fue con mi nueva familia senegalesa, de la que aprendí a preparar la comida tradicional: "el thieboudjen", algunas palabras en wolof, que es la segunda lengua oficial después del francés, y mucha información sobre la vida del país.

La segunda gran experiencia, y la más importante también, fue el voluntariado en el que trabajaba en una asociación que ayuda a los "talibes", niños y jóvenes que viven en una misma escuela coránica que se llama "Daara" y que son guiados por un "marabou". Ellos sufren de desnutrición, falta de higiene y educación. En ese lugar, les enseñaba un poco de la lengua francesa y también limpiaba los pisos (el lugar donde dormían los talibes).

La tercera experiencia importante fue visitar diferentes lugares de ese país, tales como el desierto, el lago Rose, la ciudad de Dakar y muchos paisajes hermosos.

Este viaje ha sido el más impactante de mi vida porque descubrí otra manera de vivir y de pensar. Nunca olvidaré las caras de estas personas, siempre permanecerán en mi mente.

*Estudiante francesa del taller de Redacción, Español 2.

CEPE-Taxco, UNAM, México.

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