Yolanda García González*

Recetario mundial
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Es posible conocer la historia y la cultura de un pueblo a través de su comida. Los sabores, los aromas y las texturas de los alimentos nos permiten crear una imagen de quienes somos como grupo.

Al revisar los platillos tradicionales de los diferentes países es posible darse cuenta que la distancia se hace más pequeña y que, a través de la gran variedad de platillos alrededor del mundo, estamos más cerca de lo que imaginamos. Así, las rutas marinas y aéreas se acortan al momento en que encontramos en un restaurante, en un mercado o en la casa de algún amigo un alimento que nos recuerda nuestro hogar, el cariño de la abuela o la fiesta de la ciudad.

La hospitalidad que ofrece la comida es otra de las características que une a las personas. Comer te hace sentir feliz, te invita a compartir con quien más quieres, te lleva a jugar con la imaginación al momento en que quieres descubrir qué ingredientes se utilizaron para tratar de imitar la receta en casa.

Estos ejemplos han sido una motivación para proponer a mis alumnos un ejercicio en el que desarrollaran una receta que incluyera su ingrediente preferido y el ingrediente mexicano que más le guste. Este trabajo en equipo les permitió darse cuenta de que la comida, además de ayudarnos a estar vivos, también es una rica forma de comunicarnos. Poder compartir las similitudes y las diferencias en los sabores de sus cocinas y las de los otros países dio como resultado una armonía de culturas.

Dejamos a su disposición tres recetas que irán conformando nuestro recetario mundial. ¡Buen provecho!

*Profesora del curso La cocina mexicana a través de la historia.

Centro de Enseñanza para Extranjeros, UNAM.

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