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El Dos Caballos

El Dos Caballos

El carro más emblemático de Francia tiene un nombre muy raro; se llama Dos Caballos (deux chevaux). Era un carro redondeado, de un tamaño más grande que el vocho[1], pero que tenía un parecido con él. Fue fabricado por la compañía francesa Citroën entre los años 40 y 90. [1] Es el nombre con el que comúnmente se le conoce en México al Volkswagen sedan Beetle. Continúa leyendo...

Escalera al templo

Escalera al templo

En 2012 estaba en China con unos amigos. Estábamos en una montaña sagrada del budismo chino. Había dos rutas, una cortita, en camión, y una larga por unas escaleras. Elegimos las escaleras para seguir a un grupo de peregrinos. Continúa leyendo...

¿Un encuentro extraño o un sueño?

¿Un encuentro extraño o un sueño?

Después de terminar su desayuno, John empezó la misma preparación que hacía todos los días antes de llegar a su trabajo. John vivía en una casita en el bosque frío al norte de Columbia Británica. Este día de febrero estaba muy frío y las carreteras del bosque estaban congeladas. Continúa leyendo...

Perdidos en la traducción

Perdidos en la traducción

En 2011 mi marido y yo decidimos pasar dos semanas en Japón durante el verano. Para asegurarnos de obtener boletos asequibles, los compramos en febrero. Y luego, en marzo, ocurrió el accidente de Fukushima. Decidimos ir de todos modos: todo estaba listo, incluido nuestro alojamiento con lugareños gracias a Couchsurfing. Continúa leyendo...

La lagardilla

La lagardilla

La lagardilla es un animal pequeño, pero de gran interés para los biólogos evolutivos, ya que esta criatura ingeniosa puede adaptarse a entornos de características muy diferentes. Su nombre, lagardilla, refleja esta adaptabilidad extrema integrando los nombres de dos animales muy distintos: la ardilla y la lagartija. Continúa leyendo...

Cómo el abuelo no reconoció a Tatiana

Cómo el abuelo no reconoció a Tatiana

Cuando era niña, cada verano iba al pueblo de mis abuelos. Eran muy calurosos y cariñosos. A mí me encantaba abrazar a mi abuelo y hablar mucho tiempo de todas las cosas que me interesaban. Una vez, cuando tenía como tres o cuatro años, mi papá y yo fuimos a visitarlo... Continúa leyendo...