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El terremoto, principal miedo de los haitianosDiderot Valery Prosper Junior Jean* |
Tenemos muchos problemas, como libro de aritmética,
pero el más importante y el más urgente es el del terremoto. Este problema se
convirtió en miedo al recordar el martes 12 de enero de 2010, un día que ningún
haitiano podrá olvidar, un día grabado en la memoria de todos. De una magnitud
de 7.2 grados y generado a una profundidad de 10 kilómetros, este terremoto
casi destruyó la capital, Puerto Príncipe, y las ciudades cercanas. Registrado
como una de las catástrofes mas graves de toda la
historia, según las investigaciones fallecieron 316 000 personas; 350 000
quedaron heridas, discapacitadas y amputadas; y más de 1.5 millones quedaron
sin hogar. Sin embargo, los que sobrevivieron deben seguir viviendo con este
miedo de volver a ver un día similar, porque no estamos listos para recibir
otro sismo. Es importante investigar sobre el problema real a fin de realizar
cambios. La tierra tembló por ahí de 30 segundos; se cayeron
casas y edificios públicos, entre ellos el Palacio del Gobierno y la Catedral.
Los habitantes se asustaron y corrieron en todas direcciones para salvar a sus
familias. Eran muchos los que no sabían lo que era un terremoto; se escucharon
muchas estupideces: algunos creyeron que era la explosión de una bomba atómica,
otros pensaron que era un ataque de otros países; cada uno buscaba dar una
justificación, porque no sabían nada. Haití está ubicado sobre una falla conocida, la Placa
del Caribe, que limita en el oeste con las Islas Antillas y al norte con la
Placa Norteamericana, lo que hace de Haití un país altamente sísmico. Los
terremotos son desastres naturales a los que muchas personas enfrentan año tras
año, y no se puede hacer casi nada solamente disminuir los daños. El mismo
terremoto no hubiera tenido los mismos efectos en un país como Japón. El daño
causado por un terremoto depende del patrón de movimiento, de cuántas
estructuras hay en esa área, de su calidad y otros factores. En Haití, muchas personas se contentan con tener un
hogar para dormir y protegerse del sol; una casa construida según las normas sísmicas
cuesta mucho, pero vale la pena hacerla así, porque vas a cuidar tu vida y la
de tu familia. Pero se construye como si nada, unos sobre otros, en los montes,
sin reglas, y si sucede un terremoto, podemos presenciar deslizamientos y
hundimientos. Aunque los habitantes construyen mal, el gobierno
tiene una gran responsabilidad en lo que pasó. Es común en Haití que una
persona que no tiene licencia en ingeniería pueda construir, porque el gobierno
no se da a la tarea de controlar la construcción de edificios públicos, y
todos, aprovechando el desorden, hacen lo que quieren sin saber que pone vidas
en peligro. Tenemos también una gran carencia en técnicos e ingenieros civiles. Tenemos un bonito país, no podemos dejarlo así. En
efecto, perdimos muchos hermanos, pero tenemos que seguir viviendo y aprender
de todo esto. Los edificios más antiguos, en riesgo por terremotos, deben ser
reforzados o reconstruidos; los administradores de emergencias deben estar
equipados y listos para responder; y cada persona debe ser responsable de su
seguridad y la protección de sus propiedades. Es así como podemos avanzar para
reconstruir un nuevo país digno de nosotros. Si no, vamos siempre a llorar
pidiendo ayuda a todos. Nuestros hijos deben vivir sin preocupación ni estrés, así
que los jóvenes de hoy trabajamos juntos para dejarles un futuro mejor. Sigamos
nuestro lema: "La unión hace la fuerza". *Estudiante haitiano de Español
Básico 4 CEPE-Taxco, UNAM, México Fuente de imagen:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:2010_Haiti_earthquake_USAID_intensity_map_2.svg |
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