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Cuento de hadas feminista

Jennifer Lebsock*

Había una princesa, la más bella en toda la Tierra, que vivió en una época de reyes y reinas, magia y monstruos. Las noticias de su belleza eran bien sabidas por todos lados: hasta las hormigas sabían que brillaba la princesa.

Un día, un monstruo egoísta capturó a la princesa y la metió en una torre alta. Pasaron los años. La princesa se cansó de estar metida en la torre, tan lejos de su enamorado, quien venía a visitarla todos los días. A la princesa le creció el cabello y se dio cuenta de que era posible comunicarle a su enamorado que él podría salvarla. Podría él subirse por su pelo tan largo; pero cuando ella bajó su pelo, su enamorado no hizo más que llorar y acariciarlo. La princesa le hubiera gritado, pero la torre era tan alta que jamás le habría oído.

La princesa pensó: "Mi enamorado es muy guapo, pero muy tonto también; tendré que salvarme a mí misma" Se hizo una trenza grande en la frente y la cortó. Ató la trenza a un torno que estaba adentro de la torre y la tiró afuera de la ventana. La trenza le pegó a su enamorado y él cayó inconsciente. Después de bajarse por la trenza, la princesa besó a su enamorado, quien estaba todavía acostado en el suelo. De repente, él se despertó y la miró con horror. "Por qué te cortaste el pelo? Pareces lesbiana. Me vas a decir que ya no me necesitas para nada". Y así fue.

*Estudiante de EPESA-San Antonio
Nivel: Conversación Avanzados