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Reseña del Manual del español coloquial de México, de José Carlos Escobar

Rosa Esther Delgadillo Macías*

Buenas tardes: Es para mí un honor participar en la presentación de este manual que, a los que nos dedicamos  a la enseñanza del español como lengua extranjera, nos ayuda en nuestra tarea de   traductores  culturales al tratar de explicar expresiones como "tener la mente cochambrosa", "hacer de tripas corazón", "¿con qué ojos (divina tuerta)?", "dar matarili", "sudar la gota gorda" por citar sólo algunas de esas expresiones que tan graciosamente empleamos los mexicanos y que a nuestro alumnos les parecen incomprensibles.

Para ayudar a realizar mejor nuestra labor  en el salón de clases, José Carlos Escobar se dio a la tarea de recopilar el léxico y expresiones más comunes en un pequeño manual titulado: Español coloquial de México. El lenguaje que hablamos todos los días.

Esta publicación, realizada  por la Editorial Trillas en agosto de 2002,  en un formato práctico y manejable, tiene como principal propósito "ser un complemento de los textos para la enseñanza  del español como idioma extranjero y como segunda lengua, con la finalidad  de proporcionarle al estudiante una referencia sistemática de las expresiones que suelen causarle  confusión por el sentido tan peculiar, que en estos casos adquieren  las palabras que las constituyen, pero que no obstante son expresiones esenciales del idioma".

Ese "lenguaje coloquial que se utiliza todos los días en la interacción social, fuera de los ámbitos académicos, científicos o literarios, siguiendo la idea de que el lenguaje se entiende mejor cuando es visto en su verdadera complejidad social " es el que conforma el contenido de la obra, la cual  está dividida en tres grandes apartados: La parte 1: El español coloquial. Mecánica general, a su vez, se subdivide en 4 capítulos: 1) Para iniciar la comunicación. 2) El trato personal, 3) El terreno afectivo y 4) el lenguaje sobrentendido. A la parte 2, corresponden otros cuatro capítulos orientados hacia las expresiones idiomáticas  relacionadas con 5) La salud y el bienestar personal, 6) Las relaciones interpersonales, 7) La manera de ser y 8) Expresiones de uso general. La parte 3 corresponde  a  9 ) Refranes y dichos más comunes y 10) A mexicanismos.

El rigor del manual, en cuanto a la selección de los temas, lleva de la mano al lector extranjero a ir construyendo e interpretando el español coloquial que se emplea en la conversación cotidiana, en diferentes ámbitos sociales, esa lengua que cualquier visitante extranjero descubre al entrar en contacto con nuestra cultura.

Y digo rigor porque detrás de cada uno de los apartados que lo conforman subyacen  varias perspectivas:  antropológica, filosófica y lingüística, las que se reflejan en las listas de frases, de expresiones verbales, de dichos y del léxico recopilados por el profesor Escobar y que difícilmente nuestros alumnos pueden encontrar en sus diccionarios.

Tarea que se justifica al expresar, con Searle, que ¡Qué mejor que sea un nativo hablante para hablar de lo que, desde nuestro horizonte de conocimientos, contienen las expresiones coloquiales e informar a los alumnos cómo deben ser entendidas!   Ya que cuando estamos ante uno de los problemas más recurrentes en el aula, como es la explicación del significado y si no contamos, como profesores, con la capacidad de resolver el problema, podemos crear en nuestros alumnos confusión y llegar a malos entendidos.

El valor pragmático de este manual, que incluye los múltiples sobreentendidos y la cantidad de metáforas que aparecen en nuestra expresión cotidiana, radica principalmente en la recopilación de expresiones y palabras que aparecen en libros, periódicos, revistas y que nosotros, con frecuencia, llevamos al salón de clases como parte de nuestros materiales didácticos.

Volviendo a los apartados que conforman el manual, iniciaremos con el dedicado a la comunicación. En este apartado, como en todos los demás, vemos manifiesto el pensamiento de John Searle, al encontrar un compromiso en una determinada conducta que pone en juego lo que el hablante dice y lo que quiere decir, esto es, se pone de manifiesto  no sólo lo que pensamos como mexicanos, sino también lo que decimos que es precisamente lo que nos da identidad.

Así, en este apartado se le  ofrecen al estudiante extranjero una serie de posibilidades que van desde la manera como nos dirigimos los mexicanos los unos a los  otros, como es el caso  que se da en la presentación de un espectáculo o evento: "damas y caballeros", "niños y niñas" al dirigirnos a un público de adultos, en el primer caso, o de niños en el segundo;  hasta el empleo de las formas familiares, de cariño, con las que solemos llamar a alguien: Beto, Bety, Lalo, Rebe, Charo en lugar de Roberto, Beatriz, Eduardo, Rebeca o Rosario; pasando por  el uso del tuteo en contraste con la formalidad del usted. A lo anterior, podemos agregar  la forma coloquial del empleo de "mi vieja " o simplemente "vieja", con el sentido de mi novia o esposa. "¡Adiós vieja! ¡Ya me voy a trabajar!".

El profesor  Escobar señala que, dado el carácter tan peculiar de los mexicanos, es necesario enseñarles a nuestros alumnos las palabras o expresiones  con las que  expresamos afecto, por ejemplo: entre esposos, pueden llamarse  con palabras como  "viejito", "corazón", "vida", "gordo", "gorda", "papi", "mami", y de muchas otras maneras. En muchas expresiones para expresar afecto empleamos el diminutivo: "mamacita", "papacito". Muchos diminutivos los empleamos también para expresar afecto, ternura, ironía: "angelito", "calientito", "despacito", "taquito", "tontito".

Con respecto al trato personal,  "desde el punto de vista de nuestra cultura, es necesario señalar que el mexicano da mucha importancia  a la afabilidad, pues ésta suaviza la convivencia con los demás miembros de la sociedad, de ahí que empleemos muchas fórmulas de cortesía como: "a la orden", " a tus órdenes", "mande usted",  "ésta es tu (su) casa".

Cuántas veces no escuchamos  o pronunciamos algunas frases como "Al ojo del amo" y el otro complementa "engorda el caballo", o "barriga llena...corazón contento" que nos coloca en ese lenguaje sobrentendido que demanda, por parte del extranjero, de una amplia comprensión de nuestra cultura.

El tema de la salud y el bienestar personal lo encontramos representado por expresiones como "andar de capa caída", "dormir a pierna suelta", "entregar el equipo" "estar como uno quiere".

En cuanto a las  relaciones personales escuchamos en diferentes escenarios frases como " Lo agarró de su puerquito "o ya "le comió el mandado",  " Le dio en  la torre", después de  "darle una  patada", antes de que pudiera "decirle sus verdades"" y ¿por qué no? "le dio toloache y lo tiene rendido a sus pies".

El entender la manera de ser tan peculiar del mexicano se pone de manifiesto cuando "agarramos el modo" de cómo quiere que hagamos  tal o cual cosa o cuando "agarramos la onda" de lo que nos quiere decir, siempre y cuando no "andemos a las carreras" y no pretendamos "buscarle ruido al chicharrón" cuando no nos "cuadre algo". Por eso, lo mejor es "darle la cara a la situación" y "dar una manita" para manifestar nuestro ser solidario.

En fin, no es el momento de "darnos nuestro taco", sino de ver la utilidad pedagógica  de este manual.

El hecho de que el maestro Escobar haya elegido relacionar las expresiones, en la mayoría de los casos, a partir de verbos cuya enunciación la hace en infinitivo, permite al alumno, cuando necesite dar contexto a cada expresión,  poner en práctica su conocimiento no sólo de usos pragmáticos, sino también morfosintácticos,  al tener que conjugar los verbos en tiempos y personas acordes a la situación comunicativa  en la que quiera emplear dichas expresiones coloquiales. Al profesor, por ende, le permite crear esas situaciones comunicativas para que los alumnos elaboren diálogos o pequeñas narraciones.

Cabe señalar, que si bien estas expresiones no modelan la competencia comunicativa de los alumnos, el conocerlas les ayuda a comprender no sólo la lengua oral, sino también la escrita, ya que estas expresiones, como los dichos y los refranes, "reflejan las vivencias y el conocimiento práctico de nuestro pueblo" lo que hace que, ante los ojos de los expertos, se hable de mexicanismos.

Para concluir emplearé las palabras con las que el propio autor define su manual:

 

Es una obra en la que se analiza el español de la ciudad de México;

Es una recopilación empírica

Es un manual práctico-descriptivo

Explica únicamente significados y usos; lo psicológico queda sugerido en las explicaciones mismas.

Presenta ejemplos de mexicanismos y no da ejemplos ni citas de escritores consagrados. Empero el registro también fue tomado de películas consagradas del cine nacional y algunas otras fuentes locales que todo mexicano ha conocido alguna vez.

Muestra el español coloquial desde la perspectiva de un informante nativo mexicano.

Y, antes de que me "achicopale" y me ponga en plan de "aguafiestas", los invito a que se "echen un clavado" en esta singular obrita en la que sin tanto "barullo" se encuentra parte de nuestra cultura léxica, tan propia del mexicano,  y se convierta en un "chismecaliente" para que tanto "fulano", "zutano" y "mengano" la  conozcan  y la puedan llevar a sus salones de clase con la seguridad  de que tienen un excelente apoyo para la transmisión de nuestra cultura a sus estudiantes extranjeros en el Español Coloquial de México.

ESCOBAR Hernández, José Carlos (2002). Manual del Español Coloquial de México. El lenguaje que hablamos todos los días. México, Ed. Trillas. 240 pp.

*Profesora de español, CEPE, UNAM