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Alma de escritor

*Roberto Cortés

Eran más de las tres de la madrugada, cuando aquel escritor llegó a su casa con un par de discípulos imberbes, borrachos los tres pretendían seguir con la parranda. Sin embargo, cuando abrieron la puerta y entraron al departamento los esperaba la cara adusta de una mujer, la esposa. Quien no se detuvo ante la presencia de extraños y arremetió contra su marido, tachándolo de haragán, desempleado, mal padre y perdedor. Se fue a su recámara, azotó la puerta y le puso llave. Los discípulos ante la escena se deslizaron rápidamente hacia la puerta de salida. El escritor no trató de detenerlos, pero los miró conteniendo la vergüenza en sus ojos.

Nos vemos después –alcanzó a decir-. No se preocupen, tengo alma de escritor, todo se me resbala por las palabras.

*CEPE-México, estudiante mexicano egresado del Diplomado en Enseñanza del Español a no Hispano-hablantes