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La mirada de un extranjero VIDA Y OBRA DE B. TRAVEN

Cristina Simón*

Para mí, profesora de español como L2 o LE, la vida y obra de este personaje siempre me ha parecido un buen ejemplo para acercar a los alumnos extranjeros a una mirada -también extranjera-, personalísima y sensible, sobre una parte de la realidad mexicana, hecha en varias novelas y libros de cuentos, por alguien que amó profundamente al país en el que vivió los últimos 45 años de su vida, nacionalizándose mexicano en 1951.

Además, el romanticismo y el misterio que -hasta la fecha- rodea la vida de tan enigmático personaje, son elementos seductores para iniciar al aprendiz curioso en tan apasionante tema.

Para el desarrollo de estas colaboraciones, me he basado principalmente en uno de los estudios más completos de los que yo tengo noticias: ¿Quién fue B. Traven? del investigador británico Will Wyatt, traducido al español por la editorial Domés en 1984, cuatro años después de su publicación en el Reino Unido. Y tomando la pregunta del propio Wyatt, voy a abrir el primer apartado:

¿Quién fue B. Traven?
Desde su aparición en México, concretamente en el puerto de Tampico, en el año de 1924, procedente de algún punto de Europa o Africa, desconocido todavía para los reconstructores de su biografìa, hasta su muerte en la ciudad de México en 1969 el misterio y el enigma rodearon la vida y personalidad de B. Traven, alimentados desde luego por el propio escritor, quien se aferró a su anonimato con la fuerza y la pasión con las que otros muchos buscan la fama, el poder y el reconocimiento.
A mediados de los años treinta del recién pasado siglo, Traven era un escritor leído en muchas partes del mundo (su obra estaba ya traducida a 15 lenguas), pero de él prácticamente nada se sabía.

Dado que B. Traven es un seudónimo, nombres como Otto Feige, Ret Marut, Traves Torsvan y Hal Croves, entre otros menos frecuentes, se entremezclan en esos años y opacan el esclarecimiento de la identificación del escritor. Hay, incluso, investigadores que sólidamente apoyaron dos teorías más; la primera es la que propone que B. Traven no fue una sola persona, sino dos o más que se reunieron con el interés común de denunciar, mediante la literatura, ciertos aspectos sociales y políticos con los que estaban muy lejos de coincidir. La segunda especula sobre la posibilidad de que Traven haya sido sólo el amanuense de la obra y que habría existido un personaje que fue el portador de las experiencias que autorizó a Traven a ponerlas por escrito.

En cuanto a su origen, la polémica también se ha impuesto ante el enigma y se han barajado diversas nacionalidades, con base en la lengua en la que aparecieron los manuscritos de sus diferentes obras, entre ellas la alemana, la estadounidense o la británica, sin que los estudiosos de Traven hubieran podido llegar a un acuerdo entre ellos.

Una pregunta que seguramente estará usted haciéndose, amable lector, es la siguiente: ¿Por qué esa necesidad del autor de ocultarse y de mantener ese halo de absoluto enigma hasta su muerte?
Varias son las tentativas de respuesta a esta interrogante: que Traven se ocultaba de la justicia por algún acto ignominioso o subversivo; que Traven, al no ser uno, sino varios autores, prefería el aura de anonimato; que Traven había muerto y había un usurpador que no podía develar su identidad para poder apoderarse de los derechos de la obra del fallecido; que al ser sólo un amanuense, su ética le impedía ostentarse como autor; que...
Pero todas son especulaciones, así que, para tratar de dar una respuesta a la interrogante, nos vamos a basar en las pesquisas de Wyatt quien, después de consultar lo ya hecho sobre Traven y de no desalentarse ante el misterio aparentemente insoluble, llegó a una posible revelación que ninguno de los investigadores anteriores había vislumbrado.
Pero vayamos por partes.

UN HOMBRE ESPECIAL
Traven jamás dio datos sobre su biografía, ni siquiera a sus editores que se lo pidieron muchas veces para presentarlo a sus lectores en las publicaciones. Incluso, llegó a amenazar a muchos de los investigadores - académicos o periodistas - que intentaron develar su enigma, afirmando que, sobre ellos, tarde o temprano, caería una maldición. Y, ciertamente, algunos sufrieron cierto tipo de problemas durante sus pesquisas; a usted toca decidir si aquéllos responden o no a esa maldición proferida por Traven.
Sin embargo, es posible hacernos una idea de la personalidad de Traven por sus cartas y sus libros en los que se perciben algunos rasgos que lo caracterizan; autor voluble, sabelotodo, beligerante, pontificador y muy afecto a usar un tono altivo en sus autoelogios.

Por su fortísima tendencia a la anarquía, nunca quiso ser catalogado como un escritor proletario, aunque algunos críticos de su época sí usaron el calificativo, en un intento por elogiar su obra, dentro de esa tendencia en boga en los veinte y treinta
En cuanto a su nacionalidad, el misterio continúa presente. Traven, aún cuando entregó algunos de sus primeros manuscritos en alemán, negó hasta el último momento dicha adscripción; él afirmaba ser estadounidense, concretamente de tres lugares diferentes, a saber: de Chicago1 -como aparece en casi todas las semblanzas breves que hay sobre él-, de Nueva Orleáns o de San Francisco, pensando seguramente que la destrucción de los archivos públicos por el terremoto e incendio que asolaron la ciudad en 1906 era un detalle muy conveniente para sus intenciones de camuflaje; sin embargo, el gobierno estadounidense no reconoció su versión y le negaron el pasaporte.
Otras veces aseguró ser británico; otras, haber nacido en un barco en altamar y ser de padres anglosajones.
En sus primeras novelas, en las que pone a Gerard Gales a hablar en primera persona, presenta a este personaje -en el que muchos críticos han querido ver al propio Traven reflejado- como un estadounidense proveniente de una clase trabajadora pero, atípicamente, viajado por Inglaterra y Alemania.

El asunto confundió a sus estudiosos; se han hecho varios análisis sobre sus manuscritos, llegándose a conclusiones muy disímiles ya que, para algunos, el alemán en el que escribió es claramente inglés vertido a la gramática germánica, mientras que para otros su manejo del inglés es el de un extranjero que lo ha aprendido como LE, señalando como un detalle el uso arcaico de diversas expresiones coloquiales ya en desuso en los tiempos en los que él escribió en inglés. Entonces, si el alemán y el inglés parecen ser lenguas adquiridas, ¿cuál habría sido su lengua materna?

En cuanto a su fecha de nacimiento, también el asunto es especulativo: 1882 (Ret Marut) , 1890 (Traven Torsvan), 1900; no parece haber un acuerdo entre sus críticos, aun cuando es notoria la diferencia de años --18-- entre la fecha primera y la última.

SUS NOMBRES
Es curioso comparar los significados de los nombres que este peculiar personaje parece haber utilizado a lo largo de su vida para percatamos de un elemento más de la perfecta construcción del camuflaje hecha por el misterioso Traven.
Marut, es un dios indú de las tormentas.
Gales, el contador de sus primeras novelas y cuentos parece significar ventarrón en inglés.
De Traven, se ha sugerido que es un juego de palabras que conectaría, mediante un anagrama, el término alemán Traum --sueño-- con Marut. Se da como étimo el verbo alemán que significa atreverse, aventurarse; si a ello se le suma la B. misteriosa inicial, podría pensarse en otro verbo (betrauen) que significa autorizar2
Torsvan, que parece ser de origen escandinavo, fue leído a la manera alemana y dio como resultado torswhan que significa decepción, tristeza del tonto.
Finalmente Croves se convirtió en covers, que significa cubierta o tapadera.
Como puede observarse, todos los étimos tienen relación con diferentes momentos de la vida de Traven, hecho destacado principalmente por George Woodcock3

LOS HOMBRES
Las vidas de los hombres con cuyos nombres se ha identificado a Traven son significativas y ayudaron a esclarecer el misterio, por lo menos hasta donde se sabe.

Ret Marut es un interesante personaje de la cultura alemana de principios del siglo XX. Su propio nombre es un seudónimo con el cual se presentó en la escena política y cultural, primero como actor de segunda --1907-- y, después, como editor --de 1917 a 1922-- de una de las revistas germanas más anarquistas y radicales --Der Ziegelbrenner (El ladrillero). En ella, tanto Marut como sus colaboradores embestían con ferocidad en contra de la guerra, del capitalismo y del comunismo y de la autoridad y de la burocracia y propugnaban el individualismo y la lealtad de las personas consigo mismas, influidos por un cristianismo que es calificado de romántico; sus ideas estaban fuertemente impregnadas por el pensamiento radical de un anarquista decimonónico alemán, Max Stirner --seudónimo, también, de Johan Kaspar Schmidt.
La conexión de este personaje con Traven tiene sus pros y sus contras. En cuanto a los primeros, el tono de sus escritos es el mismo, la adscripción ideológica y espiritual también y ambos Marut--Traven pensaban que la expresión de la indignación personal contra el orden establecido era requisito fundamental para cambiar las cosas.
Marut desapareció de la vida cultural alemana entre 1923 y 1924, ya que participó activamente en Münich, en la revolución bávara de1919 y era buscado por las autoridades alemanas; de hecho, varios de sus colaboradores y amigos fueron encarcelados o asesinados tras las revueltas y posteriores ajustes de cuentas.
En 1923 fue apresado en Londres y condenado a ser extraditado a Alemania, sentencia que, por motivos todavía no dilucidados, no se cumplió. En los meses en los que estuvo preso fue interrogado por la policía inglesa sobre su procedencia y, bajo presiones, confesó haber nacido en Schwiebus, territorio de adscripción confusa que en la primera Guerra Mundial pertenecía a Alemania pero, tras la segunda gran conflagración, pasó a formar parte de Polonia; añadió que su verdadero nombre era Otto Feige. Sin embargo, aunque la policía halló efectivamente a una familia Feige en Polonia, ésta rechazó totalmente la adscripción de Ret Marut al clan. *
Finalmente, después de quién sabe qué negociaciones, la policía decidió soltar a Marut, quien se embarcó en algún barco (¿el buque de la muerte?) que lo llevó al Nuevo Mundo, en donde parece haber desembarcado en 1924.

En cuanto a los contras, estas fechas desanimaron a más de un investigador a establecer la relación entre ambos personajes ya que, si Marut llegó a México entre 1923 o 1924, era imposible que en tan poco tiempo (su primer manuscrito es de 1925 ) se hubiera empapado de la realidad mexicana y hubiera comenzado a producir su obra. No obstante la objeción, Wyatt señala que los primeros manuscritos, sobre todo El barco de la muerte, pudo haber sido escrito antes de la llegada de Marut--Traven a México y aquí sólo haber sido corregido.

Sea como fuere, es tentador aceptar la idea del renacimiento del personaje en México; si pensamos que México en aquella época era un país lejanísimo, lleno de misterios y de sombras, de mezclas... Un lugar, en suma, perfecto para esconderse y desaparecer y volver a nacer: Ret Marut renacía entonces en Berick Traven Torsvan.

Berick Traven Torsvan, según la ficha de migración hallada por el periodista mexicano Luis Spota, ingresó al país por Ciudad Juárez en 1914, diez años antes de lo que asegura Wyatt. Se presentó como hombre soltero e ingeniero y afirmó que había nacido en Chicago en 1890.
Tenía un negocio, el Parque Cachú, especie de cervecería al aire libre y vivía en unión libre con una mexicana, entonces de unos cuarenta años, llamada María de la Luz Martínez.
Inescrupulosamente, Luis Spota acorraló a Torsvan para hacerlo decir que era Traven y, aunque no logró sacarle dicha confesión, dedujo que ambos hombres eran el mismo. Con eso --y ante la tremenda furia y amenazas de Traven--, publicó el 7 de agosto de 1948 un extenso artículo en la revista Mañana en el que, jactanciosamente, anunciaba el fin del misterio de Traven.

Hal Croves, nombre que convivió con el de Torsvan y que usaba Traven en la Ciudad de México a partir de los años cuarenta, por lo que no parece complicado establecer el binomio Torsvan--Croves. Con éste último fue conocido por el director de cine John Huston y por Gabriel Figueroa; el fotógrafo nunca dudó de que el binomio anterior era en realidad un trinomio que incluía, por supuesto a Traven, aunque nunca se lo dijo al quisquilloso escritor para no levantar su ira.
La relación con Figueroa, a diferencia de la que mantuvo con John Huston, fue excelente y muchas veces Croves se quedaba en casa del cineasta a pasar la noche. Don Gabriel trabajó en cuatro películas sobre cuatro obras diferentes de Traven y en ellas, el guionista de dos de ellas -- Macario y La rebelión de los colgados -- fue Hal Croves.
También, por mediación de Figueroa, su cuñado, Esperanza López Mateos se convirtió, primero en traductora al español y, después, en representante de los derechos fílmicos de Traven. Cuando don Gabriel hacía los preparativos para filmar El puente en la selva le sugirió a Esperanza que se pusiera en contacto con Traven. Así lo hizo y, aunque fue misóginamente rechazada por Traven en un principio, ella insistió y tradujo como prueba de su talento la misma novela que don Gabriel iba a llevar a la pantalla grande; tan complacido quedó Traven con dicha traducción que no sólo le dio luz verde, sino que, como dijimos, la nombró representante ante sus derechos sobre las películas que se filmaran.
Esperanza murió prematuramente en 1951, así que Hal Croves hubo de buscar un nuevo traductor de su obra al español. Para ello, encontró a Rosa Elena Luján en 1953 y le pidió que tradujera la versión para cine de La rebelión de los colgados , con la quedó muy satisfecho, dándole luego la traducción de varios cuentos. Con el correr de los años, la relación entre ambos fue a más hasta que contrajeron nupcias en 1957 en la ciudad de San Antonio Texas y vivieron juntos hasta la muerte de Marut--Torsvan--Traven--Croves en 1969.

Herman Albert Otto Maximilian Feige. He dejado hasta el final a este hombre porque su relación con Traven es la aportación --importantísima-- de Wyatt en la develación del misterio que nos ocupa.
Nació Otto el 23 de febrero de 1882 en Swiebodtzin, Alemania/Polonia; sus padres fueron Adolf Rudolf Feige y Hormina Wienecke, según el acta de nacimiento hallada por Wyatt y escrita en polaco, dato que te hará pensar, amable lector, que el misterio, efectivamente, comienza a esclarecerse, ya que esto podría explicar el peculiar uso de Traven, tanto del alemán, como del inglés, pues ninguna de ellas sería su lengua materna.
Su padre era alfarero y su madre, trabajadora textil. Tuvieron siete hijos, siendo el mayor Otto, quien nació cuando sus padres no se habían casado aún y fue criado por sus abuelos maternos durante la primera parte de su infancia. Luego, sus padres lo separaron de la tutela de los abuelos --a quienes Otto consideraba como sus verdaderos progenitores, por lo que la separación lo traumatizó profundamente-- y se lo llevaron a vivir con ellos.
De brillante inteligencia, el joven Otto se destacó en la escuela de provincia a la que asistía, por lo que las autoridades propusieron una media beca para el chico y, a cambio de que sus padres pagaran su manutención, pudiera asistir al seminario. Sin embargo, los padres no aceptaron la propuesta con la excusa de que tenían seis hijos más, y lo enviaron como aprendiz de cerrajero, hecho que molestó todavía más al joven Otto con su familia.

Pocos años después, empieza a mostrar una clara tendencia al pensamiento de izquierdas y se encerraba en la sala de la casa familiar durante horas para preparar encendidos discursos que buscarían llevar a la tranquila población en la que vivía a rebelarse contra las injusticias del capitalismo; esta situación llenó de pavor a sus padres que temían una represalia de las autoridades contra ellos, de manera que intervinieron y le prohibieron a Otto, tanto continuar con esa afición como unirse a ningún grupo subversivo. Ante el panorama, Otto Feige no tardaría en abandonar el hogar al cual no regresó nunca más.
Curiosamente, como lo dice Wyatt, poco después de este hecho aparece en escena el actor Ret Marut, cuyo origen era un misterio para todos aquellos que lo conocieron y lo trataron.

Es muy interesante, como parte de las ironías de la vida, observar que la única vez en la que Traven podría haber dicho la verdad en los interrogatorios a los que fue sometido por la policía inglesa, ésta no pudo creerle, por la sencilla razón de que su propia madre, ante el temor de que la familia Feige fuera a tener problemas a causa de las ideas izquierdistas y excéntricas de su primogénito, simplemente lo desconoció.

Parecería muy dura la postura de Otto Feige de desconocer totalmente a su familia y borrarla para siempre de su propia vida, pero así fue. Durante sus años posteriores, Otto Feige se encargó de crearse una serie de máscaras que confundieran al mundo para que éste nunca llegara a conocer su verdadero origen.

SUS MUJERES
Traven supo siempre escudarse y parapetarse tras sus mujeres --amigas, esposas y amantes--, a las que encargaba todos aquellos asuntos enojosos para él, principalmente los relacionados con cuestiones financieras que muy poco parecían importarle. Eran su escudo protector contra las molestas persecuciones que sufría y su puente para salvar escollos molestos.

Irene Mermet, actriz y editora que tuvo una relación sentimental con Ret Marut casi desde la llegada de éste a Münich en 1917. Siempre lo protegió, incluso cuando le negaron la entrada a Canadá en 1923, donde ella hubiera podido entrar, pero prefirió permanecer junto a él y, poco después, cuando le rechazaron su supuesta nacionalidad estadounidense, Irene contrató varios abogados para pelearla, aunque finalmente no se la concedieron.
Parece existir la evidencia de que ella abandonó los Estados Unidos para viajar a México con Marut, pero después de dieciocho meses de separación y de las nuevas ansias de Marut, la relación no pudo reestablecerse y ella regresó a la Unión Americana, en donde parece haber muerto en 1957.

María de la Luz Martínez, mujer de Traven mientras éste vivió en Acapulco, entre 1930 y 1951. Entonces se hacía llamar Berick Traven Torsvan y era conocido en el puerto como el gringo. Tenían una extensa propiedad en la que vivían y que era, al mismo tiempo, una especie de cervecería al aire libre.

Esperanza López Mateos, representante de Traven en México y traductora de su obra al español, hasta su muerte en 1951. El hecho de ser la hermana del presidente Adolfo López Mateos llegó a provocar que algunos investigadores afirmaran que Traven era el propio presidente que se escondía en este seudónimo para poder escribir; tan fuerte fue el rumor, que el propio López Mateos hubo de desmentirlo públicamente, aclarando que era su hermana quien tenía relación con el enigmático escritor, sirviéndole, como se asentó líneas arriba, de representante y de traductora al español.

Rosa Elena Luján, su última esposa (esposa oficial de Hal Croves ) con quien vivió los últimos doce años de su vida --de 1957 a 1969--, heredera de todos los derechos de la obra de B. Traven y poseedora de todos los archivos y papeles del escritor.

OBRAS.
Aún conociendo sus obras a través de la traducción al español, creo posible afirmar que dos son los rasgos que predominan en todas sus creaciones: la introspección y la ironía. En cuanto a la primera, me parece que es el recurso que logra darle esa gran plasticidad y dinamismo a los diálogos y a las descripciones que pueblan su obra; en cuanto a la segunda, la ironía, presente en todas su obras de una forma las más de las veces mordaz e incisiva, se torna suave y tierna cuando la usa para referirse a la realidad indígena, sobre todo cuando destaca lo que él considera como inocencia y simpleza.

Entre 1925 a 1931, Traven fue muy prolífico y publicó 9 libros en la escena izquierdista editorial alemana4.

Los pizcadores de algodón, desde 1925, conjunto de 22 cuentos. El manuscrito está en alemán y fue remitido a Berlín desde Tampico. Tratan sobre temas proletarios, en campos algodoneros y petroleros y están escritos en primera persona en boca de un estadounidense llamado Gerard Gales5.

El barco de la muerte, de 1926. Novela que gira en torno a la explotación humana y posee un fuerte contenido moral. Gerard Gales, marinero estadounidense a quien su barco abandona en Amberes sin papeles, sin dinero; su principal problema es no poder demostrar su identidad por lo que, debido a la burocracia, él deja de existir.
Leamos el siguiente fragmento de un diálogo, aparentemente absurdo, extraído de la novela en donde un funcionario le dice a Gales:

--Usted puede pensar que es una tontería, pero dudo de su nacimiento en tanto usted no tenga un certificado; el hecho de que usted esté sentado frente a mí no es prueba de su nacimiento; oficialmente hablando, no es prueba

Finalmente embarca en el Yorikke, un buque destinado a naufragar alevosamente para que sus propietarios puedan cobrar el dinero del seguro.

El tesoro de la Sierra madre, 1927. Novela de aventuras en las que se contrasta la actitud tremendamente arrogante y prepotente de tres estadounidenses que vienen a buscar oro, con la de los indios mexicanos, para quienes el oro es lo mismo que la arena del desierto en la que terminarán muertos los extranjeron mencionados.
Esta historia fue llevada al cine por John Huston.

El matorral, otro conjunto de cuentos, narrados nuevamente por Gerard Gales y basados en las costumbres y tradiciones de los indios mexicanos, de entre los que destaca El visitante nocturno.

Tierra de primavera, --1926-- obra no novelesca: nara una travesía por el estado de Chiapas, con observaciones sobre el mundo indígena e ilustrada con sesenta y cuatro fotografías tomadas por el propio Traven (llamado entonces Traves Torsvan). Esta travesía fue una expedición científica que dirigió Enrique Juan Palacios, con apoyo gubernamental, para tratar de combatir la langosta

Puente en la selva, 1929, última de las novelas narradas por Gerard Gales. Es la historia de la muerte de un niño indígena que cae del puente que están construyendo en la selva; interesante es el contraste entre las culturas occidental e indígena mexicana, sobre la muerte. Pero también es de destacar la tremenda idealización que Traven hace del mundo indígena, como rememorando a esa raza pura con la que Ret Marut soñó siempre.

La rosa blanca, 1929 también; para Waytt la novela de más largo aliento. Es la historia de C.C. Collins, presidente de una gran compañía petrolera y quien trata de arrebatarle a una familia mexicana su rancho; es una batalla casi épica entre dos culturas.

Entre 1931 y 1940 escribió un conjunto de relatos --cuentos y novelas-- catalogados como el ciclo de la caoba o las novelas de la selva; el hilo temático trata sobre la esclavitud a la que son sometidos cientos de mexicanos en el sudeste del país a causa de sus deudas, sobre la crueldad y la brutalidad de las explotaciones de caoba, sobre la corrupción de los negocios y de la industria y sobre las creencias fatalistas de los indios. Son, en orden de aparición cronológica, las siguientes:

La carreta.
Gobierno.
Marcha a la tierra de la caoba.
La troza.
La rebelión de los colgados.
El general.

Después de esto, hubo un largo silencio hasta 1960 en que entrega el manuscrito de su última novela, Aslan Norval, firmada ésta sí, con el nombre de Hal Croves, que todos relacionaban, sin dudas con B. Traven; sin embargo, la obra decepcionó a sus críticos y lectores por la baja calidad de la misma.

  1. La biografía especulativa del investigador Miller es la que reafirma y propaga este dato, entre otros.
  2. Esta última especulación etimológica es la que llevó a George Woodcock, entre otros investigadores, a afirmarse en la teoría de que Traven fue sólo el escritor que recibió de un portador de experiencias el material original para la redacción de sus novelas.
  3. 27 de agosto de 1976, On the track of B. Traven, The Times Literary Supplement, Londres.
  4. Ernst Preczang, redactor de la Büchergilde Gutenberg, editorial y club de izquierdistas recientemente fundada en esos años.
  5. Quien luego narraría también las novelas El barco de la muerte, Puente en la selva y el cuento El visitante nocturno.

*Profesora de español, CEPE, UNAM